viernes, 26 de
noviembre de 2010
Reportaje:vida&artes
Tu vacuna también es por mí
Un juez de Granada
obliga a los padres de un centro a vacunar a sus hijos para frenar un brote de
sarampión - El derecho a la salud prima sobre la libertad individual
¿Se puede obligar a unos padres a vacunar a su
hijo? Un juez de Granada ha considerado que sí. El titular del Juzgado de lo
Contencioso Administrativo 5 de la capital autorizó ayer la vacunación forzosa
contra el sarampión de 35 niños cuyos padres habían ignorado los requerimientos
de la Junta de
Andalucía para que les inmunizasen contra esta enfermedad. La medida, sin
precedentes en España, pretende servir para frenar la expansión de un brote de
sarampión detectado a principios de octubre y que ayer ya afectaba a 46
personas: ocho adultos y 38 menores (14 han requerido atención hospitalaria y
tres siguen ingresados). Ninguno estaba vacunado.
Los niños a los que el juez obliga a inmunizar son
alumnos del colegio público de Infantil y Primaria Gómez Moreno, en el barrio
del Albaicín, donde se inició el brote. Cuando la enfermedad empezó a
extenderse, la Consejería
de Salud pidió hasta tres veces por carta a los padres de los niños no
vacunados de la llamada triple vírica (sarampión, rubeola y parotiditis) que
les vacunaran. A los 79 que no contestaron les enviaron un burofax. Las
familias de 30 niños hicieron caso omiso de la petición de la Junta para que presentasen
la cartilla de vacunación y las de otros cinco contestaron que no iban a
inmunizarles. A esos 35 menores es a los que el juez ha impuesto la vacunación
forzosa.
Tras conocer la resolución judicial, la Consejería andaluza de
Salud dio ayer de plazo hasta el próximo martes para que los niños sean
vacunados. La Junta
se pondrá en contacto con ellos y se ofrecerá a administrarles la inyección en
casa, el colegio o en el centro de salud que prefieran. "Queremos darles
todas las facilidades", explicó la consejera de Salud, María Jesús
Montero. Si el martes todavía hay algunos que no han respondido, la Junta volverá a llevar el
caso al juez. Con todo, los padres tienen 15 días para recurrir la resolución
de ayer, lo que dilataría los plazos marcados por Salud, aunque en la Consejería apuntan a
que el fallo es "ejecutivo" por lo que harán todo lo que esté en su
mano para que se cumpla ya y si luego la justicia da la razón a los padres que
hayan recurrido, se les indemnizará. El juez ha facultado a la Junta a contar, "si
fuere necesario", con la ayuda de la policía para administrar las vacunas.
La vacunación es voluntaria en España, como en la
mayoría de los países europeos. ¿Cómo puede entonces autorizarse la vacunación
forzosa? Lo que Andalucía planteó al juez fue una confrontación de derechos: el
de los padres a no inmunizar a sus hijos y el colectivo "de defensa de la
salud pública", según lo definió ayer la consejera de Salud. Uno de los
argumentos de las autoridades es que el sarampión está empezando a cebarse con
dos sectores de la población indefensos ante la enfermedad: personas de entre
25 y 40 años que no la sufrieron en su infancia (ya se registraban menos casos
que en décadas anteriores), pero tampoco están inmunizados porque no existía
vacuna; y, sobre todo, niños menores de 15 meses, la edad a la que ahora se
administra la primera dosis de la triple vírica. De los 46 casos registrados
hasta ayer en Granada, 17 son bebés. Para intentar frenar los contagios en esta
franja de edad, la Junta
ha adelantado de forma excepcional la vacunación a todos los niños de más de
seis meses. Pero considera que la epidemia "solo podrá ser controlada si
se vacuna a la práctica totalidad de niños susceptibles al sarampión que hay
actualmente en el barrio y, en especial, en el Colegio Público Gómez
Moreno", según explicó en la información remitida al juzgado.
La ley de medidas especiales en materia de salud
pública, de 1986, permite, cuando "así lo exijan razones sanitarias de
urgencia o necesidad" y "con el fin de controlar las enfermedades
transmisibles", que las autoridades sanitarias adopten las medidas
oportunas "para el control de enfermos, de las personas que estén o hayan
estado en contacto con los mismos y del medio ambiente inmediato". Es lo
que Sanidad se había planteado hacer, por ejemplo, si la gripe A hubiera sido
muy virulenta.
Es precisamente en esta ley del 1986 en la que se
basa el juez de Granada para obligar a inmunizar a los menores. El juez ha
entendido que la medida es "idónea y necesaria" sin que suponga para
los padres antivacunas un "sacrificio desmedido". Su resolución
confronta los posibles efectos secundarios de la vacuna (un 10% de casos de
malestar general y fiebre durante uno o dos días) con los del sarampión (entre
un 5% y un 15% de casos en los que surgen complicaciones que aumentan en niños
malnutridos y adultos con inmunodeficiencias y que en uno de cada 1.000
enfermos causa la muerte) y concluye que el daño que puede causar la enfermedad
justifica la vacunación forzosa.
"El auto establece una medida excepcional ante
una situación que considera grave. Cree proporcionada la vacunación forzosa
porque además se trata de menores", explica Eduardo Asensi, abogado
especializado en Derecho Sanitario de Asjusa Letramed. "Es una sentencia
fundamentada jurídicamente por motivos de salud pública y muy coherente",
añade. El único problema, y al que los padres pueden agarrarse para recurrir la
sentencia, es que las autoridades sanitarias no han decretado oficialmente aún
una situación de emergencia en este caso.
Desde que a mediados de los ochenta se incluyó la
triple vírica en el calendario de vacunación, la incidencia de la enfermedad ha
caído en picado. En 1986 hubo en Andalucía 1.007 casos por cada 100.000
habitantes; el año pasado, 24 en toda la comunidad. Sin embargo, cada año se
registran uno o varios brotes en España. Este año, antes del de Granada ha
habido uno en Murcia con 114 afectados. En 2009, coincidieron 11 casos en
Cataluña, además de alguno aislado en otras comunidades; y en 2008, hubo
acumulación en Andalucía, Cataluña, Madrid, y la Comunidad Valenciana.
Pero José María Mayoral, jefe del servicio de
Epidemiología de la
Consejería andaluza de Salud, admite que es la primera vez
que se encuentra con una circunstancia como la de Granada: decenas de padres
que se niegan a vacunar a sus hijos. "Lo normal es que te digan que se les
ha pasado la fecha, que no se han acordado. Pero esta es una decisión
consciente", explica.
El colegio donde se originó el brote está ubicado a
unos metros del mirador de San Nicolás, en pleno corazón del Albaicín. El
barrio histórico, que se ha ido despoblando en las últimas décadas no vive con
intensidad esta polémica que sí genera controversia en el centro, entre los
docentes y los padres. "Hay un problema porque las opiniones son
contradictorias entre conocidos, compañeros e incluso amigos", explicaba
ayer a la salida del centro un profesor y padre que prefiere mantener el
anonimato.
Lo que se cuestionan los implicados es si debe ser
cada progenitor el que decida por su vástago o puede hacerlo la Administración por
ellos. Tasnim Pinart acudió ayer al mediodía con su hijo de año y medio a
recoger al hermano mayor, de tres. "Los dos acaban de pasar el
sarampión". No estaban vacunados. "Ni mi madre nos vacunó, ni yo lo
he hecho y mi familia está sana. Han pasado el sarampión sin problema, ahora
están perfectamente, les ha sentado bien", afirma. No se opone a todas las
vacunas y, de hecho, ahora se replantea algunas pero cree, como la mayoría de
padres que se han negado en este caso, que con una vida y alimentación
saludables no son necesarias.
No opina lo mismo la madre de otro bebé que no se
atreve a pasear por las inmediaciones del colegio por temor a que el niño se
contagie. La ideología pero, sobre todo, la opción de acogerse a métodos
naturales para proteger el sistema inmunológico son las principales razones que
aducen los padres que hasta ahora se han opuesto.
En España aún no han cuajado las corrientes
antivacunas que sí tienen auge en otros países como Estados Unidos, donde el
movimiento contrario a las inmunizaciones tiene mucha fuerza. Y más ahora
cuando se han sumado a él los veganos (vegetarianos estrictos). En Europa, es
Holanda el estandarte de estos grupos. Allí, en 2008 las autoridades sanitarias
alertaron sobre un brote de paperas en varios municipios en los que residen
protestantes ortodoxos que, por razones religiosas, se niegan a vacunar a sus
hijos.
"En los países latinos estos movimientos no
han cobrado fuerza", explica el secretario de la Liga para la Libertad de Vacunación,
Vicenç Robles. Esta asociación, con unos con 700 miembros en España, defiende
que aunque la vacunación no es obligatoria los ciudadanos no tienen información
sobre los riesgos que supone. Solo de los beneficios. "Cuestionamos la
vacunación sistemática, que es lo que se hace ahora. Las inmunizaciones se
presentan como la panacea y no lo son", explica. Su pareja y él decidieron
hace 15 años no vacunar a su hija. "Y le ha ido bien, más que evitar la
enfermedad la hemos acompañado a pasarla y eso ha ayudado a su maduración
global", dice.
La mayoría de los epidemiólogos creen, sin embargo,
que los daños potenciales de sufrir la enfermedad son mucho mayores que los de
la vacuna. "El sarampión sigue causando estragos en muchos países",
advierte Fermín García, técnico de vacunas de la Consejería andaluza de
Salud. En su opinión, lo que está ocurriendo en muchos países occidentales, es
que como ya no convivimos habitualmente con la enfermedad, algunos padres
"se han relajado". Una situación que se ha repetido a lo largo de la
historia, explica este médico: cuando se tiene miedo a la enfermedad, todo el
mundo pide una vacuna contra ella. "Es lo que pasó hace décadas con la
polio", recuerda. Luego se pasa a una etapa en la que no se tiene miedo ni
a la enfermedad ni a la vacuna. "Y todo el mundo se vacuna por
rutina". "Pero llega un momento en el que ya todo el mundo se ha
olvidado de la enfermedad en cuestión y solo está pendiente de si al pincharse
se le hincha el brazo o le da un poco de fiebre", explica. Es lo que puede
estar empezando a pasar con el sarampión o la rubeola, igual que el año pasado
ocurrió con la gripe A: cuando se pensaba que la enfermedad era altamente
letal, todo el mundo aspiraba a estar incluido en un grupo de riesgo que le
diera derecho a la inmunización. Pero al comprobarse que era como una gripe
más, empezó a ponerse en cuestión la seguridad de la vacuna y apenas se la puso
el 15% de la población de riesgo.
La cobertura de la vacuna contra el sarampión ronda
en España el 95%. En Granada, también. Pero el brote surge siempre cuando la
enfermedad coincide en un foco en el que se concentran muchas personas no
vacunadas, como ha ocurrido esta vez. Las estadísticas de vacunación en España
arrojan un dato que preocupa a los médicos: alrededor del 10% de los niños a
los que se administró la primera dosis de una vacuna (normalmente antes de los
dos años de edad), no recibieron la segunda dosis que, por ejemplo, en el caso
del sarampión, se administra entre los tres y los seis años. "Los padres
ven que el niño está sano y no perciben esa sensación de riesgo que sí se tiene
con los bebés", opina Fermín García. "Hay que insistir en que las
vacunas no se acaban cuando el niño cumple dos años. Hay muchas que pierden su
poder inmunológico", señala el médico, que advierte que la mayor parte de
las enfermedades incluidas en el calendario de vacunación español no tienen
tratamiento posible.
Con información de Valme
Cortés.
La lucha contra la enfermedad
- El sarampión se considera una de las enfermedades
más contagiosas y continúa siendo una de las principales causas de
mortalidad infantil, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se contagia,
sobre todo, a través de la tos.
- La enfermedad se caracteriza por un cuadro
clínico de fiebre, manchas rojas en la piel, y, en algunos casos,
tos, rinitis o conjuntivitis. Entre un 5% y un 15% de los casos se
complican y puede causar otitis, convulsiones neumonía, diarrea,
encefalitis o ceguera. En los países desarrollados, la tasa de fallecimientos
es de uno por cada mil afectados.
- La Región Europea de la OMS estimó en 2003 que en ningún
país debía haber más de un 5% de niños mayores de nueve años no
vacunados. La cifra se cumple en la mayoría de los países, pero ha
fracasado el plan para eliminar la enfermedad en 2010.
1. ¿ Cuales son los argumentos de los padres y corrientes vacunas?
- Pues que no hace falta vacunar, que si tienen que pasar el sarampión que lo pasen y ya esta.
2. ¿ Qué dice la ley sobre la obligatoriedad de vacunar a los hijos?
- Que la vacunación es voluntaria, pero que para frenar un brote de sarampión pues a obligado a los padres de un centro a que los vacune.
3. ¿ Es ético obligar a los padres a vacunar a sus hijos?
- No, pero para evitar que siga corriendo una enfermedad que puede contagiar a muchas personas y que todas no son igual de fuertes para aguantar alguna enfermedad, pues que se vacunen.
4. Cobertura vacunal y tasa de incidencia del sarampión en España en 1982 y 2005.
- Desde mediados de los ochenta se incluyó la triple vírica en el calendario de vacunación, la incidencia de la enfermedad ha caído en picado. En 1986 hubo en Andalucía 1007 casos por cada 100000 habitantes, el año pasado, 24 en toda la comunidad. Cada año se registra uno o varios brotes en España. Ese año, antes del de Granada ha habido uno en Murcia con 114 afectados. En 2009 coincidieron 11 casos en Cataluña y en 2008 hubo acumulación en Andalucía, Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana.
5. ¿Qué porcentaje de afectados por el sarampión en el año 2009 tenían 20 años?
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6. ¿Qué hizo descender los casos de sarampión en España a partir del año 1983?
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7. ¿Qué hizo disminuir el pico de afectados por el sarampión entre 2007 y 2009?
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8. ¿Cuántos afectados por el sarampión mueren?
- Uno de cada mil enfermos mueren.
9. ¿Cuántos afectados por el sarampión sufrieron complicaciones en el año 2009?
- Once casos en Cataluña además de alguno aislado en otras comunidades.
10. ¿Qué complicación sufren los afectados por el sarampión de 30 o más años?, ¿Qué porcentaje de estas personas la sufren?
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