En 1968 se descubrió que las bacterias sintetizan unas sustancias llamadas enzimas de restricción para defenderse de las infecciones víricas. Lo hacen rompiendo el ADN infeccioso en trozos, reconociendo secuencias de bases nitrogenadas y por allí cortan el ADN, siempre en el mismo lugar.
Con ayuda de estas enzimas de restricción podemos aislar un gen determinado.
En 1972 ya se había conseguido el primer ADN recombinante y en 1973 se obtenía el primer ser vivo manipulado genéticamente. Así nació la ingeniería genética. Se declaro una moratoria de investigación por motivos de seguridad hasta que pudieran controlarse los riesgos.
CULTIVO DE STREPTOMYCES
Los científicos podían comenzar a crear "nuevas" especies de organismos a partir de los ya conocidos. En 1988 se patentó por primera vez un organismo producido por ingeniería genética.
Se han creado bacterias que degradan el petróleo, plantas que pueden producir insecticidas o que brillan como luciérnagas, conejos que duplican el tamaño de los naturales y gusanos de seda que la fabrican de diferentes colores.
Una de las primeras aplicaciones de la ingeniería genética tuvo lugar en el campo de la salud. Se introdujeron genes humanos en Escherichia coli (bacteria que vive habitualmente en el intestino humano) para fabricar sustancias necesarias en tratamientos médicos.
A finales de los años ochenta del siglo pasado, se empezó a emplear la hormona humana del crecimiento que se obtenía de bacterias (era mas segura y barata que la extraída del cerebro de cadáveres).
Otras hormonas como la insulina, el interferón, una vacuna contra la hepatitis, factores de coagulación sanguínea y muchas otras sustancias se obtienen mediante estas técnicas.
Los trabajos en ingeniería genética están encaminados a conseguir que su ADN se logre fabricar en el laboratorio. Son los primeros pasos para crear "vida artificial".
Mucho mejor. Completa y con información adicional.
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