Arthur C.Clarke, en
octubre de 1945, publicó un artículo científico titulado “Repetidores extraterrestres”, en el que proponía el uso de satélites
como repetidores para que las emisoras de televisión pudieran tener una
cobertura mundial.
En 1957 los soviéticos
pusieron en órbita el primer satélite
artificial , el Sputnik I, inaugurando la carrera espacial entre Rusia y
Estados Unidos.
En esa competición, los
norteamericanos recuperaron la idea de
Clarke, que había pensado en satélites de comunicaciones que diesen una
vuelta a la tierra en 24 horas, el mismo tiempo que tarda el planeta en
completar una rotación sobre sí mismo.
Un satélite tiene que
estar a una altura de 35786
km para mantenerse en esa órbita geogestacionaria y
girar con la misma velocidad con la que rota la Tierra.
En homenaje a la predicción
de Clarke sobre las telecomunicaciones hoy se conoce como “órbita Clarke” la orbita geoestacionaria, en la que también
circulan satélites meteorológicos, de comunicaciones y militares, pero no los
de localización por GPS.
El programa Google Herat combina
imágenes con la tierra obtenidas desde satélites con fotografías aéreas y con
representaciones en 3D de datos de informción geográfica que aparecen en
diferentes capas.
Los Sistemas de Información Geográfica (GIS), representa bases de datos sobre mapas digitales
cuyo análisis tiene múltiples aplicaciones: conocer la mejor ubicación de un
colegio u hospital, decidir qué trazados de carreteras son los de menor impacto
ambiental, usarlo en marketing, investigaciones científicas y criminologías,
etc.
Muy buen post.
ResponderEliminarSaludos.